- Charlott, espera, no te vayas ha sido un error, sabes que a mi ese tipo de cosas no me van.
- Anna, ¿qué es lo que quieres que te perdone? Entro a mi propia casa y te encuentro en mi cama desnuda con un hombre, es que encima con un HOMBRE !
- No es lo que parecía de verdad, Dan solo quería que yo..., bueno yo quería...
- No tienes excusa, vete de mi casa ahora mismo no te quiero volver a ver...
Anna, recogió las pocas cosas que tenia y salió de la casa cabizbaja. Charlott retiró con rabia las sábanas de la cama, las estrujó y las tiró al suelo. No era responsable de sus propias lágrimas, agarraba con fuerza todo lo que encontraba por delante y lo tiraba sin mirar el valor de cada pieza. Un huracán furioso inundó la habitación y no había manera de calmarlo. Era un hombre, si, un hombre y ella una puta.
Entrométete por aquí, puede que encuentres más de lo que crees: el amor de Audrey, la falsedad de Anna, el engaño de Dan y mucho mas... ¿ A qué esperas para entrar?
martes, 12 de julio de 2011
Como si las magdalenas hubieran absorbido todo el chocolate de la taza.
- Dan, ¿me continuas queriendo tanto como el primer día? - pronunció Audrey sentada en uno de los bancos de aquel viejo parque.
- Pues claro mi amor, ya sabes que más que yo no te va a querer nadie - contestó Dan
Audrey se sentia orgullosa de si misma, era su primera relación seria y sabía que jamás encontraría a un chico tan especial como Dan, pero notaba que algo no funcionaba bien, él estaba más distante de lo normal y los besos se habian reducido única y exclusivamente a noches de pasión. Parecía que la relación no tuviera la misma magia que tenia al principio, como si las magdalenas hubieran absorbido todo el chocolate de la taza.
- Pues claro mi amor, ya sabes que más que yo no te va a querer nadie - contestó Dan
Audrey se sentia orgullosa de si misma, era su primera relación seria y sabía que jamás encontraría a un chico tan especial como Dan, pero notaba que algo no funcionaba bien, él estaba más distante de lo normal y los besos se habian reducido única y exclusivamente a noches de pasión. Parecía que la relación no tuviera la misma magia que tenia al principio, como si las magdalenas hubieran absorbido todo el chocolate de la taza.
lunes, 11 de julio de 2011
Colillas mezcladas con noches de pasión.
Audrey, puntual como siempre, esperaba a Dan en el portal de su casa. Miraba su reloj incesantemente, los minutos pasaban lentamente y él no aparecía por ningún sitio. Cogió su bolso y sacó uno de sus preciados cigarrillos Malboro, se lo encendió y se empapó de paciencia para continuar con la espera. El cigarrillo se consumia poco a poco, hasta que ya no quedaba nada y cuando la colilla se disponía a rozar el suelo, Dan apareció por detrás.
- Buenos días, amor- dijo Dan, mientras se metía la camisa por dentro del pantalón y le daba un asombroso beso en los labios.
- Hola Dan, veo que continuas siendo tan puntual como siempre, aunque hoy noto que hay algo diferente en el ambiente.
Colillas mezcladas con noches de pasión, hicieron cómplices al sol y a la luna para ocultar la realidad.
- Buenos días, amor- dijo Dan, mientras se metía la camisa por dentro del pantalón y le daba un asombroso beso en los labios.
- Hola Dan, veo que continuas siendo tan puntual como siempre, aunque hoy noto que hay algo diferente en el ambiente.
Colillas mezcladas con noches de pasión, hicieron cómplices al sol y a la luna para ocultar la realidad.
Bonita noche, Anna.
- Buenos días Anna - dijo Dan desde el otro lado de la cama - ¿Has dormido bien?. Anna se despertó aturdida, el dolor de cabeza le impedía razonar, miro a Dan y pensó: - Lo he conseguido, lo tengo en mi cama; pero para no dejar de lado su personalidad soltó: - No, no puede ser que haya pasado esto. Dan no daba crédito de lo que acababa de oír y quitándose todo el romanticismo con el que había tratado a Anna al principio, cogió su ropa y salió de la habitación a medio vestir. Anna observó como salia por la puerta y antes de que Dan desapareciera dijo: - Volverás, más pronto o mas tarde, pero te tendré de nuevo en mi cama, ya sabes, ese es mi don, atrapar a los hombres.
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